sábado, 20 de enero de 2024

Alhena, una mujer que supo decir ¡Basta!

 



PRÓLOGO

Hay personas que en medio de situaciones hostiles saben confrontar adversidades e infortunios. Pero hay otras que van más allá, y despiertan multitudes inexpresivas para ponerlas en condiciones de romper cadenas y liberarse de rigores y crueldades. Tal es el caso de Lucía Armella González, una mujer que ha conocido el valor del sacrificio, porque jamás se ha doblegado ante la desdicha, y mucho menos ante la opresión que ha sufrido la mujer por el solo hecho de ser mujer.

Hoy, la osada escritora nos entrega una obra de notable densidad literaria, donde se exponen múltiples ideas. En sus páginas se desarrollan los actos de una fémina llamada Alhena, personaje que lucha con vigor para ser ella misma frente al imperio ancestral de la impostura. Es una de esas historias noveladas que entusiasman a los lectores. La estructura del libro comprende 38 capítulos cortos, en los cuales se ventila una temática compleja con historias que se intercalan. No obstante, todas las acciones confluyen hacia un tema medular que es la ideología del machismo, como finalidad explícita de la obra.

La novela aborda del principio al fin la historia de vida de los Arloc, una familia que se toma como célula representativa de la sociedad, sólo para preparar el ambiente donde se desarrollan hechos históricos, personajes y conceptos filosóficos trascendentales. En la novela, Francisco y su esposa son el punto de referencia como origen y fundamento de una sociedad cargada de prejuicios. Alhena, hija de los Arloc, es una mujer de la vida real, que llega a la memoria de la escritora para renacer en el plano artístico como un personaje de ficción, y llegar luego a las manos del lector como un verdadero hecho estético. Alhena es un testimonio fehaciente del valor, que en medio de la represión y la injusticia surge como un ser rebelde y libre que jamás se agota.  Es el personaje creado por Lucía Armella para darle dinámica a la trama de su libro titulado: Alhena: memorias de una infamia, donde se pinta con claridad un fresco de la lucha entre el machismo y la liberación.

Alhena, desde la infancia, fungió con dignidad en distintas labores reservadas para los hombres. No obstante, la realidad social injusta y violenta estremeció su personalidad, llevándola a refugiarse en la religión, donde se desempeñó en el liderazgo espiritual, ministerio que ejerció sin ningún interés por el beneficio material. Pero en el seno de la religión observó que se discriminaba a la mujer y el patriarcado también estaba presente, porque muchos dirigentes religiosos habían equivocado la esencia de la doctrina de Jesús, el Divino Maestro, que asumió los ideales de libertad, igualdad y fraternidad entre los seres humanos.

En las andaduras de la vida, Alhena, por doquier hallaba hechos dolorosos y discriminatorios que incidirán en la configuración de su personalidad. Ese mundo de la vida, matizado con la discriminación, no compaginaba con su anhelo de libertad. Entonces decidió huir de la ciudad y se internó en la espesura de la selva, para vivir donde chillan los monos y se pasea el puma frente al espejo de un río que se arrastra silencioso como una serpiente.

Esa decisión de Alhena, en busca de la libertad, me recuerda a la pastora Marcela, personaje recreado por Miguel de Cervantes Saavedra en Don Quijote de la Mancha, cuando dice la bella mujer: “Yo nací libre, y para poder vivir libre escogí la soledad de los campos: los árboles destas montañas son mi compañía; las claras aguas destos arroyos son espejos; con los árboles y con las aguas comunico mis pensamientos y hermosura. Fuego soy apartado y espada puesta lejos”[1]. Pero Alhena, a diferencia de la pastora Marcela, comprendió que la verdadera libertad no está en la soledad de la montaña, y entonces vuelve a la ciudad, intuyendo el pensar del filósofo Baruch Spinoza, que asevera: “El hombre dirigido por la Razón es más libre en la Ciudad, donde vive conforme al decreto común, que en la soledad, donde no obedece más que a sí mismo”[2].

Alhena no podía conformarse con vivir para sí misma, porque ello equivaldría a marginarse de la vida social para condenarse a la muerte.

Pero ese retiro le dejó una enseñanza: en la selva lavó su conciencia y en medio de la manigua aprendió a ensimismarse y a escuchar su voz interior como fundamento de su desarrollo espiritual. En realidad, su estadía en la selva fue un encuentro con Dios, a través de la naturaleza.

Con esa fortaleza volvió a la ciudad para luchar contra el patriarcado, que ha florecido desde los orígenes de la civilización, bajo todo tipo de gobierno, tanto en los populismos agresivos, como en las dictaduras variopintas o las democracias hipócritas.

Para Alhena no hubo refugio sólido en el mundo profano ni en el mundo religioso, hasta que encontró la inspiración divina dentro de sí. Entonces la poesía le desbrozó el camino. El arte y la literatura comenzaron a sacarle sus fantasmas. Por todo lo anterior, sus palabras y sus versos salen de su pluma con el fuego que purifica el alma para buscar en la poesía el desahogo existencial. Su novela está escrita con dolor y sufrimiento para liberarse de esa nebulosa de obsesiones lacerantes. La obra representa el drama de la mujer en una sociedad machista, donde impera una violencia explicita y ostensible contra la mujer, al lado de otra violencia también aberrante, pero invisible.

Finalmente, es necesario resaltar que la vida de Alhena ha sido labrada por ella misma en el fragor de la lucha cotidiana, como fue labrada la vida de su padre, el doctor Francisco Arloc, un titán de la superación, símbolo del patriarca que se salvó del machismo cuando emprendió su vuelo hacia la Eternidad. Ese día, Alhena sintió la voz de su padre que se dejaba oír desde el cielo, para decirle a su hija que él llevaba a Jesús por dentro, lo que significa que en sus días postreros Francisco Arloc asumió las ideas del Gran Maestro Jesús de Nazaret, que amaba a las mujeres, las respetaba y las acogía siempre como iguales a los hombres. Por eso Francisco Arloc no ha muerto, ni morirá, y Alhena se convertirá en un símbolo que seguirá vigente, mientras reine la injusticia sobre la faz de la tierra.

JOSÉ MORALES MANCHEGO

(Alhena: memorias de una infamia. Puertoarena Editores. Barranquilla, enero 2024).



[1] Miguel de Cervantes. Don Quijote de la Mancha. Primera parte, Cap. XIV.

[2] Baruch Spinoza. Ética. Proposición LXXIII.


domingo, 14 de enero de 2024

Poemario Gran Recital

 

EDITORIAL

Con gran satisfacción hemos llegado al No. 15 del poemario del Gran Recital Arte in Memoriam, certamen que cada año le rinde homenaje a un personaje destacado de la región, que haya partido para el Valle de la Eternidad.

La llegada del No. 15 simboliza nuevos comienzos, nuevos desafíos y por eso es importante balancear los logros de esta publicación para cobrar conciencia de su propio contenido y labrar la poesía del porvenir.

Hasta el momento han recibido el homenaje póstumo las siguientes personalidades:

- Gloria Logreira, la singular mestiza, que expresó en versos la afirmación de su ternura. Ella decidió irse de este mundo, en la aurora de su existencia, porque las almas sensibles necesitan paz y justicia para florecer, y en este aspecto, nuestro Planeta es un desierto, en el cual los labios de Judas siguen besando, la corrupción y la injusticia siguen avanzando y a Jesús lo siguen crucificando.

- El ilustre escritor Jorge Artel, poeta de las negritudes, nacido en Cartagena de Indias, autor de una maravillosa obra poética de dolor, de denuncia y de combate, porque como él lo dice en su poema “El mismo hierro”, escrito en Nueva York en 1952: Este sol que ahora baña/ los campos de la tierra/ se le niega a otros hombres/ en el hogar de América.

-El barranquillero, de ancestro francés, Leonello Marthe Zapata, hombre de una mentalidad intrépida y una curiosidad intemporal, que supo cruzar las espadas de la ciencia y la virtud, para dejarnos cuatro libros de su pluma refulgente, y una estela luminosa como presidente de la Sociedad Hermanos de la Caridad y presidente de la masonería colombiana del Rito Escocés Antiguo y Aceptado.

-El poeta soledeño Gabriel Escorcia Gravini, autor de “La Gran miseria humana”, una décima en la cual, a través del amor, se aborda el tema de la muerte, para llegar a conclusiones axiológicas. Es una obra de gran belleza, cargada de imágenes y metáforas, en la cual, de principio a fin, campea un fino trabajo de filigrana poética, y la evocación de un mundo mágico y misterioso, poblado de fantasmas que rodean al hombre de manera inexorable.

-Celia Cruz, personaje que con su canto echó un granito de “azúcar” al mar de las incertidumbres existenciales, con la esperanza de que algún día la vida se convierta en un verdadero carnaval, porque el carnaval es una fiesta donde se representa el triunfo de una liberación transitoria, en el marco de los poderes dominante, según el escritor ruso Mijail Bajtin. El carnaval es la ruptura de un orden establecido. En él se suspende la tradición legal y sólo puede vivirse de acuerdo con las propias leyes de la fiesta. La canción “La vida es un carnaval”, cuyo autor es el músico y empresario Víctor Daniel, fue inspirada en una tragedia de índole terrorista, cuando una bomba estalló en la AMIA de Argentina, el principal centro de la comunidad judía en ese país. La letra de la composición fue interpretada por Celia Cruz, que la convirtió en un canto universal de vida y esperanza. He ahí la grandez del arte, que nos hace soportables los horrores de la existencia.

-El Joe Arroyo, autor de la canción titulada: “En Barranquilla me quedo”, caracterizada como un poema de gratitud y de amor de un negro cartagenero por su patria adoptiva, que lo acogió en su seno y le brindó el apoyo necesario para que emprendiera el vuelo anhelado hacia la inmortalidad. Esa misma voz festiva es la que canta por los subyugados de la historia para entregarnos una canción titulada “La guerra de los callados”, testimonio de quienes sufren en silencio la opresión y la injusticia. Esa misma voz se levanta melodiosa en “La Rebelión”, pieza musical de alto contenido social e impacto universal, que denuncia la explotación colonial y los desmanes cometidos contra la mujer, hechos históricos que avivaron la combustión en el alma del cantante y compositor, para producir una epopeya envuelta en una bella melodía, que se desdobla en ideas para gritarle al amo: “No le pegue a la negra”.

-El pintor Alejandro Obregón, genio de inmensas capacidades artísticas, que tradujo de manera contundente el color y la luminosidad del Caribe. Su pincel estampó en las telas no sólo su amor por la naturaleza, sino sus vivencias, su temple ideológico y sus destellos por la libertad.

-El filósofo Julio Enrique Blanco, fundador de la Universidad del Atlántico. Lector infatigable y un autodidacta consumado. Estudioso de Emmanuel Kant, y del padre de la escuela heroica de la historia, Thomás Carlyle, quien decía que “La verdadera Universidad en nuestros días consiste en una colección de libros”. Julio Enrique Blanco es el pensador que pone a florecer la Filosofía bajo el cielo estrellado de Barranquilla.

-Pedro Biava, músico de origen italiano, que desde muy joven se radicó en Barranquilla, donde se empeñó en desbrozarle el camino a la música sinfónica en el Caribe colombiano. De esa manera Biava se convirtió en el adalid del proyecto de la Filarmónica de Barranquilla, hasta lograr, en 1943, la cristalización de su sueño.

- Adam H. Erwin, un salvado de las aguas nacido en Irlanda, quien estuvo a punto de perecer en un naufragio, del cual fue el único sobreviviente de los tripulantes del Barco. Educador creativo que se fue elevando desde una humilde escuela hasta fundar el Colegio Americano, que lo inmortalizó en la conciencia colectiva con la potencia de un sueño triunfal.

-José Stevenson Collante, ilustre miembro de la Gran Logia del Norte de Colombia, donde fue Gran Maestro de la Augusta Institución. Su vida transcurrió en los centros educativos, donde brilló como estudiante, docente y rector de prestigiosas Universidades. Publicó varias obras, cuya lectura es indispensable para la comprensión de la masonería. Liberal de hueso colorado y solidez doctrinal; admirado por su oratoria encendida y enjundiosa, José Stevenson Collante fue hombre de honor, sabiduría y virtud. En homenaje a su memoria, la sede cultural de la Sociedad Hermanos de la Caridad lleva su nombre.

- SCADTA. El 5 de diciembre de 2019 salió el poemario No. 13 para conmemorar los 100 años de la aviación en Colombia y rendirle homenaje a los fundadores y mártires de la aviación, que perdieron la vida el 8 de junio de 1924 en el accidente aéreo que enlutó a Barranquilla. Ese día sus almas se elevaron al cielo, después de regar por el mundo las auroras de una empresa promisoria: la SCADTA, la primera empresa de aviación de Barranquilla, que en el año de 1939 se convirtió en AVIANCA.

-Margarita Galindo Steffens. El poemario No 14 fue dedicado a nuestra inolvidable amiga, la poetisa del agua, que siempre nos acompañó con sus versos para abrir puertas hacia la libertad. “Los versos de Margarita Galindo se caracterizan por su originalidad, riqueza de imágenes y respeto por el idioma”, según palabras del poeta José Manzur.

Poemario No. 15. Esta vez el personaje escogido es Álvaro Cepeda Samudio, una vida pintoresca que se fue muy joven para el Valle de la Eternidad.

Cepeda Samudio fue un periodista bien parado sobre la realidad de los hechos, y un escritor de imaginación exaltada para crear un mundo de ensoñación y de ficciones. Este Gran Recital se titula “Entre la realidad y la ficción”, para exaltar al autor de “La Casa grande”, que supo distinguir entre contar las cosas como sucedieron (que es el objeto de la historia y el periodismo) y narrar los hechos para presentar su esencia artística de manera filosófica, estética y doctrinal, que es el objeto de la poesía. La primera forma considera los hechos en particular, mientras que la segunda los considera de manera general, como se asevera en El arte poética del filósofo Aristóteles.

Álvaro Cepeda Samudio fue un intelectual de rupturas, que propuso nuevos abordajes y nuevos rumbos.  A los 46 años se marchó de este mundo. Se fue con su melena y sus sandalias y se perdió en la espesura del espacio sideral; pero nos dejó su obra periodística; su obra literaria y el fruto de su incursión en el campo de la cinematografía. Su nombre es la resonancia de la literatura y el arte en este bello atardecer en el camposanto de la libertad, donde cada tumba nos recuerda que el tiempo de nuestro viaje es corto y la salvación del hombre está en la cultura.

JOSÉ MORALES MANCHEGO

(XVI Gran recital Arte in memoriam: "Entre la realidad y la ficción". Poemario No. 15. ISSN 2500-7653. Puertoarena Editores. Barranquilla, 2 de diciembre del 2023).

 


domingo, 10 de septiembre de 2023

Historia del Cementerio Universal y otros cementerios de Barranquilla

 

PRÓLOGO

Barranquilla cuenta con una asociación fraternal donde se cristaliza una labor silenciosa y tesonera de quienes han venido librando batalla tras batalla para ofrecer obras materiales y sostener los efluvios refrescantes que alimentan necesidades físicas, intelectuales y espirituales de sus coetáneos. Dicha institución se denomina Sociedad Hermanos de la Caridad (S. H. C.), entidad sin ánimo de lucro fundada el 9 de mayo de 1867, con el objeto de servir a la comunidad por cuantos medios legítimos estén a su alcance y sin discriminaciones de ninguna índole. A lo largo de sus 156 años la S. H. C. ha brillado por su sentido social y sus valores fundamentales como la tolerancia, la solidaridad y el apoyo a la educación. Algunas de las obras que la S: H: C. ha dado y sigue ofreciendo a Barranquilla son: Funeraria y Cementerio Universal, el panteón de mayor trascendencia histórica y arquitectónica de la ciudad; la Biblioteca Pública Julio Hoenigsberg y la Sede Cultural José “Pepe” Stevenson Collante; El Misionero, revista laica donde fluye el pensamiento libre; el poemario Gran Recital, donde se recoge la producción poética que aflora en el Gran Recital Arte in Memoriam, certamen anual que se realiza en el Cementerio Universal para rendir homenaje póstumo a un personaje destacado de la región. La S. H. C. financia las ediciones periódicas de las revistas Plancha Masónica y Campamento. Así mismo, hasta el año 2015 la S. H. C. financió la revista “Escocismo 1833” y en las tres últimas décadas ha editado más de 17 libros, que ensanchan su acervo cultural. Dichas obras son:

      Constitución masónica y estatutos generales de la Gran Logia del Norte de Colombia. Dos ediciones: 1996 y 2000.

      Fundamentos del simbolismo. Varios autores (1998).

      Perfiles masónicos. José Stevenson Collante (1999).

      Obra poética. Largión Barrios (1999).

      Frente a la vida (Poemario). Miriam Noguera de Tuesca (1999).

      Una mirada a la masonería actual. Iván Herrera Michel y Javier Otaola (s. f.).

      Historia de la Sociedad Hermanos de la Caridad. Leonello Marthe Zapata (1999).

      El órgano económico. Armando Arrázola Madrid (2001).

      Los poetas cantores de la muerte. Leonello Marthe Zapata (2001).

      Elementos esenciales de análisis financiero. Mario Morales Charris (2002).

      Masonería progresista. Memorias del III encuentro nacional masónico realizado en Barranquilla en la Sede Cultural de la S. H. C. (2004).

      Antiguos documentos de la masonería. Manuscritos de 1917. Mario Morales Charris (2004)

      Santander ante la historia. Obra en tres tomos. Julio Hoenigsberg. Segunda edición (2005).

      Historia de la masonería. Iván Herrera Michel. Primera edición (2004), segunda edición (2006).

      Información exógena, tributaria para la DIAN. Antonio Varela et all (Ediciones 2015, 2016 y 2017).

      El espejo de la garza. Lucía Armella González (2021).

      Sol y Lunita (Cuento). Lucía y Zara Armella González (2022).

Es de anotar que todas las publicaciones de la Sociedad Hermanos de la Caridad son de circulación gratuita.

Al presentar esta nueva obra sobre el Cementerio Universal cabe resaltar que este camposanto se creó como bastión de la tolerancia y la libertad, donde yacen ilustres personalidades del arte, la ciencia y la cultura, que le dieron lustre a la ciudad de Barranquilla. Tales personajes descansan en paz entre las flores y el mármol, donde están grabadas nuestra filosofía y nuestra historia, forjadas con sencillez y sin alardes ni trompetas, para “que tu mano izquierda no sepa lo que hace tu derecha”, como predicó Jesús.                                                                 

Con la edición de la obra: Cementerio Universal y otros cementerios de Barranquilla, la sesquicentenaria institución busca poner al servicio de la sociedad barranquillera y del Caribe colombiano las elucubraciones del escritor e investigador Adlai Stevenson Samper, historiador que en este libro recrea hechos y personajes que servirán de ejemplo para todos, porque los muertos son un ejemplo para los vivos, sobre todo cuando muestran que sus virtudes y sus méritos fueron más que sus vicios en su peregrinación por este mundo. En ese sentido la Sociedad Hermanos de la Caridad consagra sus esfuerzos editoriales para honrar la memoria de los que han fallecido, pero han dejado una estela luminosa en su paso por la Tierra.

Esta tarea ha sido puesta en las manos del escritor Adlai Stevenson Samper, hijo de nuestro hermano en los principios de la Orden, José Stevenson Collante, cuyas acciones en esta institución propagadora de la educación y la cultura, constituyen batallas estelares en la lucha para conquistar la libertad, alcanzar la igualdad y seguir en el empeño de remodelar el mundo para hacer de él una sola fraternidad. Pues bien, hoy Adlai Stevenson nos entrega una obra que llena nuestras expectativas, porque no sólo trata de los “Ilustres difuntos que moran en el Cementerio Universal”, sino que su libro abarca la Historia de los cementerios en “La Arenosa”, los “Sucesos y la conformación del Cementerio Universal” hasta la “Alborada de la modernidad en Barranquilla” y los “Reflejos de la prosperidad comercial y social en los monumentos del Cementerio Universal”. El libro finaliza con las historias de vida de los que se fueron para el Valle de la Eternidad, es decir, para el país del cual ningún viajero ha regresado. Ellos, los que “murieron”, no podrán regresar al mundo de los vivos, pero estarán en el mundo de los recuerdos como habitantes de la obra Historia del Cementerio Universal y otros cementerios de Barranquilla

JOSÉ MORALES MANCHEGO

Miembro activo de la Sociedad Hermanos de la Caridad

Barranquilla, marzo del 2023

(Prólogo al libro Historia del Cementerio Universal y otros cementerios de Barranquilla. Adlai Stevenson Samper. Editorial Libra Libros Proyectos. Barranquilla, 2023).


miércoles, 30 de agosto de 2023

"Sálvate tú", libro de Hernando Fernández Armella

 

PRÓLOGO

Todo retrato que se pinta con sentimiento es un retrato del artista, no del modelo. Oscar Wilde. “ El Retrato de Dorian Gray”.

 

Hernando Fernández Armella, “El Tato”, como le decimos cariñosamente, es un ser humano insumiso y rebelde, pero de buen juicio; observador con inquietudes y procedimientos creativos; inteligente y de un maravilloso gusto por la estética y la euritmia. Estas virtudes serían suficientes para consagrarlo como personaje de una historia que todavía no se ha escrito. A estas certezas hay que agregarle otra: Tato es un soldado que desconoce el miedo. En la batalla contra el nuevo coronavirus, cuando la gente dejaba los zapatos fuera de la casa para lavarlos con alcohol, y el pánico se apoderaba del mundo, Tato demostró su valor y su decisión voluntaria con el objeto de salvar algo cuyo valor para él es inestimable: Sus seres queridos. Él, en ese mar de incertidumbres, de dificultades y de miedos, sentía la necesidad de protegerlos. En esa labor puso su vida en riesgo, para ayudarnos a salir del oscuro y agobiante túnel. En este punto es digno de anotar, que desde muy niño se escapaba de la casa para darle a una gata callejera la comida de su propio tetero. Más tarde descubrieron que en un rincón de la casa, debajo de la escalera, tenía siete gatos recién nacidos.  Esa vocación de ayudar al necesitado y tenderle su mano amiga, sin titubear ante el peligro, se fortaleció con el amor ígneo de su querida madre cuando de niño le enseñó el versículo 1:9 de Josué, que a la letra dice así: “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Dios estará contigo en donde quiera que tú vayas”. Él destruirá a tus enemigos y te librará de todo mal. Y luego esa madre, en su tono de oratoria, le dice al niño con vehemencia: “Y oye bien hijo mío. ¡Todas tus victorias serán obras del Señor!”. Desde entonces su espiritualidad lo ata con el Pensamiento Superior, y en medio del conflicto sale adelante con su tenacidad y con su fe.

Pues bien, las grandes osadías de Tato y sus intensidades están plasmadas en su obra titulada Sálvate tú, donde la voz narrativa es la de su propio autor que cuenta sus experiencias existenciales. En el libro están las representaciones de su mundo literario, que devienen de ese mundo real maravilloso donde todo puede suceder.

Sus relatos no sólo alumbran la mente del lector, sino que expresan la manera de ser de un escritor que agita con sus actos la tierra donde pisa. Son episodios de una vida desbordante que nos deja historias de una insólita extrañeza; historias inusitadas, inauditas, pero fascinantes, expresadas a través de un lenguaje sencillo y sin piruetas narrativas. El escritor disuelve su estilo en la lógica de los acontecimientos. Para él lo importante es contar historias con el fin de darle salida al sentimiento y a la nostalgia de lo insólito. Por eso la narración fluye en un lenguaje coloquial, sin aderezos retóricos ni de pesados academicismos. Pero eso sí, dulcificada con gotas de humor en medio de las tensiones y las travesuras. En esta obra, el virtuosismo del narrador para atrapar al lector está fundamentalmente en el corazón del argumento. El escritor no camufla para nada su presencia en los relatos. Al contrario, la claridad de sus actos y decisiones están presentes en toda la obra, donde en varias ocasiones el personaje se debate en los predios de la muerte. En ese sentido, el autor vive el drama como si dijéramos dos veces: primero en los hechos y luego cuando los escribe y los plasma en el universo literario que ha edificado como manifestación de su voluntad creativa.

He aquí, pues, 25 relatos y un personaje retozando en medio del mar de las incertidumbres, donde él es el principal héroe de aventuras en las  que, encandilado con la belleza de una dama, flirtea con ella y al final la deja ir, por sus  exigencias de perfectibilidad; ese mismo personaje es el que conduce un carro sin saber manejar, y es el mismo personaje que pone en juego su existencia en actos de osadía para vivir realidades que lo acercan a la muerte, como le sucedió en medio de las aguas procelosas del Caribe, que un día lo pusieron al borde de beberse el mar.

JOSÉ MORALES MANCHEGO

Prólogo al libro: Sálvate tú, de Hernando Fernández Armella. Ediciones Puerto Arena. Barranquilla, agosto 2023

 

 

martes, 20 de diciembre de 2022

El ojo que purifica el verso

 

 

EDITORIAL

Atenuados los rigores de la pandemia, que con su dureza conmovió al mundo contemporáneo, la Biblioteca Pública Julio Hoenigsberg de la Sociedad Hermanos de la Caridad ha venido reordenando sus actividades para seguir con la tarea de poner su granito de polen sobre los vergeles de la cultura en Barranquilla y el Caribe colombiano.

Todos sabemos que la pandemia de COVID- 19 fue una especie de viacrucis por la que atravesó la humanidad en su viaje de incertidumbres hacia nuevos horizontes. En aquel momento aciago, cargado de tristeza y dolor, las luces del entendimiento se apagaron, las tinieblas y la consternación cubrieron toda la tierra, las columnas y las herramientas simbólicas cayeron destruidas y la palabra encantada se ausentó de los templos de la razón y de la inteligencia. Más tarde, con las elucubraciones de la ciencia y la tecnología, volvió a despuntar el alba, se encendieron las luces, la palabra de vida fue encontrada y con la alegría de una resurrección, el 15 de junio del año 2021, abrimos un escenario frente al mar Caribe, donde la alegría de los vientos agita las olas y la espuma del Océano en un sempiterno idilio se besa con la playa. La decisión de sacar el Gran Recital de su escenario natural se debió a la necesidad de proteger a los intelectuales, a los poetas y a los artistas, y mantenerlos a cubierto de las inclemencias del virus. Ahí, en las arenas de Puerto Colombia estaba Margarita Galindo. Y con ella encendimos la fiesta.

Pero la muerte rondaba sigilosa. De un momento a otro el mar parecía un huracán. Sus aguas procelosas se estrellaban con furia sobre la playa. Querían impedir que a su poeta se la llevara la parca. Las aguas iracundas buscaban espantar a la muerte, pero Margarita Galindo Steffens, con su esplendor verbal, ya la tenía vencida. La muerte quería dar su zarpazo, pero la poeta en una salida luminosa se le va por el camino de la lírica; se planta en el terreno de la armonía y de la cadencia; la mira de frente y con ese tono de voz dulce que conjuga el valor y la ternura le dice:

Hablemos muerte mía, 

desconocida mía, 

oigamos caer la lluvia. 

A su lado

tranquilo pasa el viento. 

Humedece mis manos

su rauda cabellera

finísima de gotas

y la brisa le deja

sus cánticos azules

al silencio. 

 

Hablemos, 

te he encontrado

en la frente pequeña

del rocío

y bien pudiera amarte. 

 

Quiero esperar la noche

hablando de la vida

contigo, muerte mía, 

mientras la lluvia cae. 

La tozuda realidad, como telón de fondo en el poema, es tenebrosa (la noche, la lluvia, el viento que pasa, el silencio). Es un ámbito de terror, pero el arte y la estética literaria de Margarita Galindo hacen soportables los horrores de la muerte, que se vuelve en retirada porque el verso elevado y trascendental de una mestiza infatigable trastornó sus planes.

Dice Federico Nietzsche, en “El ocaso de los ídolos”[1], que “La embriaguez apolínea excita principalmente a los ojos, de forma que éstos adquieren la fuerza suficiente para ver visiones”. En ese estado de embriaguez apolínea algunas voces tienen el privilegio de profetizar hasta su propio destino.

La poeta, como una iluminada, esa noche atisba el tiempo por venir y sabe que a veces el agua refleja la situación de su alma. Por eso, frente al mar, ahora más tranquilo, su visión poética se hace más honda y es capaz de vislumbrar el más allá, donde vivirá con la conciencia plena del interés supremo. De ahí que ella no quiera detener el tiempo. Al contrario, en este momento en que la palabra se enfrenta con la muerte, le pone el acento culminativo a su paso por la Tierra y con intensidad lírica declama ante sus amigos su poema “Aurea”.

Las claves del poema muestran cómo la poetisa del agua, de pie como las palmeras frente al Mar Caribe, suelta la mariposa de su espíritu, buscando con sus versos la Esencia Divina, y ya se siente segura ante la presencia de Dios.

Entonces la poeta se transfigura. Parece poseída por un dios.   Se vuelve más radiante, y con esa confianza en la palabra encantada dice:

Señor, licor de miel, 

solo déjame estar

como si fuera

una danza del sol. 

 

En el amanecer

he salido de mí, 

cristal y saeta, 

para sentir

tus hojas verdecidas

en las maneras frescas

de la umbría

y para ser

la haetera que te asume

en la corola dulce 

de las flores. 

 

Déjame conocer

las otras caras tuyas

sin esta dimensión

que me abre apenas

las puertas de la luz. 

En un canto infinito

multiplicado, vario, 

he buscado el sonido

de tu cuerpo descalzo, 

río continuo

coronado de peces. 

 

Con estos versos previos y tan divinos se cierra el telón.

 

Queridos amigos, Margarita Galindo ha levantado el vuelo hacia la inmortalidad.

 

La Sociedad Hermanos de la Caridad, la Biblioteca Pública Julio Hoenigsberg y la Gran Logia del Norte de Colombia, hoy 17 de diciembre de 2022, le brindan este Gran Recital titulado “El ojo que purifica el verso”, donde fluirán las distintas manifestaciones del arte y la literatura, recogidas en el poemario No. 14, que en su honor llega vestido de azul, “el tono del intelecto, de la paz y de la contemplación. Representa agua y frescor, y simboliza el cielo, el infinito, el vacío del que surge y al que retorna la existencia”[2].  Por su parte el ojo es símbolo de conocimiento, de búsqueda, de sabiduría, y representa el poder de un ser superior que la mira desde las alturas y la espera con los brazos abiertos para realizar un Gran Recital en el Valle de la Eternidad.

JOSÉ MORALES MANCHEGO

Barranquilla, 17 de diciembre del 2022

Editorial del poemario No. 14 Gran Recital Arte in Memoriam. Barranquilla, 17 de diciembre del 2022.

 

 



[1] Friedrich Nietzsche. El ocaso de los ídolos. “Incursiones de un intempestivo”. Aforismo 10.

[2] David Fontana. El lenguaje secreto de los símbolos. Círculo de lectores. p. 66.